Una vez que hemos elegido el estilo de decoración, los muebles y los accesorios que acompañarán a los mismos, los diseñadores de interiores se encuentran con la dura tarea de llevar adelante la iluminación de la sala o el living.
Esta labor, que para muchos parecerá sencilla, puede resultar súmamente complicada. Primero deberemos elegir qué es lo que queremos resaltar de la decoración del living. Si optamos por hacer más vistosos los detalles de la misma, como puede ser un cuadro o bien una pared de piedra, es recomendable implementar luces direccionables en la iluminación de la sala. Por el contrario, si lo que se busca es calidéz y crear espacios armoniosos, lo ideal es utilizar lámparas de luces de tonos amarillentos y que no se encuentren dirigidas hacia ningún objeto en particular.
Acompañar la iluminación de la sala con grandes ventanales puede ser la solución para aquellos que cuentan ambientes pequeños. El echo de disponer de grandes superficies de cristal en el living, no sólo dará como resultado un ambiente luminoso y acogedor, sino tambien que contribuirá con la sensación de amplitud.
Si vamos al plano de lo artificial, las luces de LED son un excelente recurso para la iluminación del living. Si bien muchos conocerán los famosos LEDs blancos, hoy en día el mercado ofrece una amplia variedad de tonos y colores. Para lograr una iluminación cálida, lo que recomendamos es utilizar aquellos LEDs en tonos de naranja o amarillo.
Es importante destacar que la iluminación de la sala se ve muy favorecida si se utilizan tonos de blanco para los techos, paredes o muebles. Como se observa en la imágen anterior, esta característica transmite sensación de calidéz, elegancia y delicadeza.
Como conclusión podemos decir que, a la hora de planificar la iluminación del living, lo más importante es saber a qué apuntamos y hacia donde vamos. Si bien es una tarea complicada, puede resultar hasta divertida. Preste atención a los detalles y su sala quedará fantásticamente iluminada.
